La invitada de mayo, como bien dice el título, es la abuela Carmen, quien dentro de muy poco tiempo soplará 90 velitas (¡a ver quién se anima a hacer la torta!). La receta que nos presenta es la más requerida, reivindicada y aplaudida por la familia entera: la de los CRÚSTELES.
Carmen puso mucho empeño para que yo aprendiera a hacerlos como los hace ella, a fin de que nadie le hinche más las bolas (textuales palabras). Por mi parte, si bien estoy satisfecha de haber aprendido el truco, lo que me puso contenta no fue eso, sino el haber logrado que los hiciera una vez más. Porque quien haya probado un crústel de Carmen sabe que son irresistibles. No hay fuerza de voluntad que aguante. Todos empiezan y ninguno para. Y si sobran, a la hora de dividirlos, hay pelea.
Carmen puso mucho empeño para que yo aprendiera a hacerlos como los hace ella, a fin de que nadie le hinche más las bolas (textuales palabras). Por mi parte, si bien estoy satisfecha de haber aprendido el truco, lo que me puso contenta no fue eso, sino el haber logrado que los hiciera una vez más. Porque quien haya probado un crústel de Carmen sabe que son irresistibles. No hay fuerza de voluntad que aguante. Todos empiezan y ninguno para. Y si sobran, a la hora de dividirlos, hay pelea.
Según cuenta Carmen, la receta proviene de Calabria, Italia (de donde eran sus padres), y desde que ella tiene memoria, siempre fueron dulces muy populares, sobre todo porque son muy económicos de hacer. Para preparar 150 crústeles (que es lo que nos salió con estos ingredientes), hay que invertir 25 pesos. Es decir, 15 centavos por crústel. Un regalo. Vamos a la receta:
Ingredientes
Para la masa:
1 kilo de harina 0000
1 pizca de sal
½ litro de agua
¼ de aceite de girasol
Para la cocción y terminación:
1 litro de aceite de girasol para freír
1 litro de miel de abejas
Coco rallado o grageas de colores
Procedimiento:
En una ollita se ponen a calentar el ¼ litro de aceite con el 1/2 litro de agua. Mientras tanto, mezclar la harina con la pizca de sal. Acomodarla sobre la mesada en forma de corona.
En una ollita se ponen a calentar el ¼ litro de aceite con el 1/2 litro de agua. Mientras tanto, mezclar la harina con la pizca de sal. Acomodarla sobre la mesada en forma de corona.
Cuando el agua y el aceite hiervan, echar de a poco en el hueco de la harina e inmediatamente empezar a amasar. Quema, así que con cuidado (pueden enguajarse las manos en agua fría de vez en cuando). Amasar un buen rato, hasta obtener una masa suave y uniforme. Separar en bollitos, estirarlos formando cilindros de 1 cm de diámetro y luego cortar en bastones de 5 centímetros de largo.
Calar los bastones en una canasta enharinada, como si fueran ñoquis. Hay que apretarlos bien, tienen que quedar con bastante aire en el centro, sino salen duros y pesados. Luego ponemos a calentar el litro de aceite a fuego fuerte. Cuando esté muy caliente, bajamos a fuego mediano y, de a tandas, ponemos a freír los crústeles. Apenas estén dorados, retirar con espumadera y llevarlos a una bandeja forrada en servilletas de papel. Tienen que quedar ligeramente dorados, no como estos que ven en la foto, que se nos pasaron un poco de tiempo por estar escuchando a Victor Hugo Morales.
Al terminar de freír los crústeles, los dejamos entibiar. Ponemos a calentar el litro de miel en una olla. Cuando esté bien caliente, metemos de a tandas los crústeles, los dejamos unos segundos de cada lado, como para que se empapen de miel por todos los costados y luego los retiramos con espumadera y llevamos a bandeja. No conviene apilarlos, si hacen esta cantidad van a necesitar dos o tres bandejas grandes. Si se pegan demasiado, después puede que al tratar de separarlos con los dedos, se rompan.
Los crústeles se comen tibios o fríos. Se recomienda no comer más de seis o siete, aunque uno siempre se queda con ganas de comer muchos más.
Me estuve fijando en internet y solo encontré una receta de crústeles. Tal vez en otros lugares se conozcan con otro nombre. En esta otra receta que leí, había algunas diferencias respecto a la de Carmen, así que pregunté para quitarme todas las dudas:
Con el tenedor: ¿A la ollita con agua y aceite, no hay que agregarle también oporto?
Carmen: De ninguna manera.
Con el tenedor: ¿Podemos volver a bañar los crústeles con la miel que nos queda en el fondo de la olla (la que sobra, digamos)?
Carmen: ¿Vos estás loca?
Con el tenedor: ¿Vos le pondrías ralladura de limón o de naranja a la masa?
Carmen: Nena, por qué no te vas lavando las ollitas?
Con el tenedor: ¿Vos le pondrías ralladura de limón o de naranja a la masa?
Carmen: Nena, por qué no te vas lavando las ollitas?
Y ahí me agarró el apuro y dejé de preguntar. Si queremos hacer los crústeles como los hace Carmen, hay que seguir sus consejos, no hay otra.
Terminada la visita y al momento de despedirme, Carmen dijo que, de ahora en más, me cedía la responsabilidad de seguir haciendo crústeles para toda la familia. No quise responder en ese momento, sonreí, saludé, y me fui con mi mejor cara pensando, ni loca. Que los crústeles los siga haciendo Carmen, que es a quien mejor le salen.
Terminada la visita y al momento de despedirme, Carmen dijo que, de ahora en más, me cedía la responsabilidad de seguir haciendo crústeles para toda la familia. No quise responder en ese momento, sonreí, saludé, y me fui con mi mejor cara pensando, ni loca. Que los crústeles los siga haciendo Carmen, que es a quien mejor le salen.
Amiga que dulces más ricos me encantaron, especiales para otoño los voy a preparar tal cual la abuela carmen y más rico con miel la que uso todos los días,cariños y abrazos y felicita a la abuela por sus 90.
ResponderEliminarNo los conocía Estela, pero ya no se me escapan más. Y qué guapa la abuela Carmen a sus años!! cuántos quisiéramos llegar así a esa venerable edad.
ResponderEliminarMe han encantado, es una receta de lujo de las de guardar siempre.
Besinos
No seas así,los próximos los haces tú y Carmen que te mire y te reprenda,qué carácter tan auténtico la abuelita,una maravilla a su edad.
ResponderEliminarCon tanta miel,para mí no son,pero me ha encantado conocer esta receta tan especial,y, sobre todo,conocerle a ella; "nena,por qué no te vas lavando las ollitas?"..jajaja.
Besos.
Dios te la bendiga, qué hermosura de mujer a sus años y asi de activa , qué gusto !!!
ResponderEliminarTu a tomar notitas de todo , a limpiar las ollas , y a disfrutar de los crústeles y la abuela Carmen por muchísimooooooooo tiempo mas.
Gracias por esta entrada tan tierna .
Besinos mil.
Buenisimo!!!!, lo primero dile a la abuela que es preciosa y que la envidio, noventa años y hermosa como una flor!!!...la entrevista es maravillosa!!!, bendita abuelita!!!!....ya sabes!!, ahora recoges el testigo de los crustelés!!, y al lavoro amiga!!!:)
ResponderEliminarmil besos mi querida Estela!!
Uyyyy que pinta tienen , dicen , comeme, comeme, que recetas mas exquisita y que blog mas lindo, me has convencido y me quedo como seguidora y te invito a que visites mi blog en Alicante que tiene de todo un poco sobre todo cocina.
ResponderEliminartremendita-tremendita.blogspot.com
Estela,
ResponderEliminarQue delicia que se yan quedado los dulces... Que bueno ter una abuela como la tuya : ) me ya gustado mucho de la receta.
Besitos
Pues mi abuela que también se acerca a los cien y es andaluza; con sus cosas de cocina y sus recetas de toda la vida, no le digas de cambiar ni una coma, porque, como Doña Carmen, te pregunta por las ollitas.
ResponderEliminarBueno bueno, admirada Estela, no comer más de cuantos? Me saltaría la dieta con gusto por deleitarme con unos pocos.
Mi odontólogo me adora!
Besets
Estela, le he preguntado a Max que que cosa eran y le he pedido ver las fotos...creeràs que no lo sabe? a que sirven los maridos italianos entonces? >_<
ResponderEliminarQue gozada ver a tu abuela dandole en la cocina :)
yo los devoré de niño, los hacía mi madre y los llamabamos scaliyi, y los hacíamos como un 8.vinieron de la familia de mi padre. por tu culpa, ahora tengo la boca llena de saliva.
ResponderEliminarun gran beso en Cilencio, tierna niña pura.
uuuuhmmm !que ricos Carmen ,esto es cultura !!!gcias ahora me queda un gran desafió
ResponderEliminarhacerlos !!
Tienes la abuela mas bella del planeta y ademas muy encantadora cocinera de crústeles, esa comida que trajo de su tierra y ahora transmite a su nieta que es otra encantadora de la cocina. Felicitaciones con mayusculas querida Estela Getino. Es todo una hallazgo esta receta.
ResponderEliminarEstela, hoje voltei com mais tempo de ver esta receita, que maravilha, és previlegiada, vi a felicidade de Sra Carmem com um grande sorriso a preparar esta receita, vou mostrar a minha mãe para tentarmos fazer, adorei. Um abraço do brasil a esta familia encantadora. Bjos
ResponderEliminarHola, mi nona los hacía para las navidades, pero les llamaba catadatis!!! Gracias por la receta!!
ResponderEliminarCecilia