martes, 11 de mayo de 2010

Faina y moscato


Querida Mónica: esta no es la fainá de Angelin, ni la de Güerrín y mucho menos la del Fortín. Esta receta que posteo es la más común, su resultado es una masa casera, dulzona, suave, liviana y, además, es riquísima. Aunque, como te dije, nunca como la de las pizzerías de culto, cuyo secreto -sospecho- debe ser nunca lavar los moldes. Y esto dicho con aunque pero sin peros.


Compramos en una dietética o simbólica ¼ kilo de harina de garbanzos. La llevamos a un bol con sal. Vamos agregando de a poco 3 tazas de agua tibia y 3 cucharadas de aceite de maíz mientras mezclamos con una cuchara de madera (o de la que tengan). Batimos o licuamos la pasta hasta que desaparezcan todos los grumos. Tiene que quedar de la textura de una crema (muy distinta a la masa de pizzas). Dejamos repostar a temperatura ambiente una hora. Luego de lo cual, encendemos el horno al máximo, echamos aceite en una pizzera o molde (con una cuchardada o dos está bien), llevamos el molde al horno y cuando el aceite esté caliente, metemos la mitad de la masa y cocinamos unos diez minutos. Luego agregamos el resto de la masa y horneamos unos 15 minutos más. Retirar, pimentar y servir enseguida. Hay otras variantes que pueden ser agregar queso rallado por encima o cebolla frita mientras se cuece, pero para hacerla por primera vez, mejor a lo clásico: al plato y con moscato.
Dedicada a Mónica, que lo que más extraña de la calle Corrientes es el olor de la faina recalentada.

3 comentarios:

  1. gracias maestra! mi horno espera ansioso en este interminable invierno. aplicare algun secretito de molde ;) Abrazo! de faina, no de pizzero jejeje

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