lunes, 5 de diciembre de 2011

Mousse de atún y pistachos



Según cuenta la historia, el pistachero (el árbol que da pistachos), formaba parte de los Jardines Colgantes de Babilonia. Durante las noches de luna llena, los enamorados se ocultaban bajo su sombra y allí esperaban a que la brisa o el viento meciera las ramas y provocara un sonido encantador, consecuencia del golpeteo de las drupas que contenían pistachos. El sonido era tomado como mensaje divino, como respuesta a las más profundas interrogaciones que se hacían los amantes acerca del presente y del futuro. Cada quien lo interpretaba a su forma, entonces, a partir de ahí, surgían nuevos conflictos, nuevas preguntas, y más y nuevas noches en vela bajo la sombra de los pistacheros. Al cabo de algunos siglos se inventó la cebada y todas estas tendencias metafísicas o filosóficas fueron trasladadas a las cantinas.
Así presento esta ficción gastronómica. El budín de atún es una entrada muy popular navideña, especialmente en los países donde Santa Claus anda en ojotas y no en trineo. Lo de los pistachos lo agrego porque queda bien.

¿Cuáles son los ingredientes?
1 lata de atún
1 lata de jamón del diablo
150 gramos de queso tipo filadelphia o finlandia
1 sobre de gelatina sin sabor
1 medida de agua del tamaño de la lata de atún
Pistachos (más de veinte, menos de cincuenta)
Pimienta



¿Y ahora, qué hago?
Llevar el atún, el jamón del diablo y el queso a licuadora. Procesar un par de minutos, hasta que se convierta en una pasteta. No hace falta salar (el atún y el jamón tienen bastante). Buen momento para agregarle unos pistachos picados y pimienta molida.
Aparte, en una ollita, calentar el agua. Antes de que llegue a hervir, apagar el fuego y disolver la gelatina. Revolver bien, hasta que la gelatina se desintegre. Agregar a la preparación anterior y mezclar. Llevar a un molde y luego a la heladera. Enfriar por al menos tres o cuatro horas. Al momento de servir, rociar con aceite de oliva y agregar más pistachos. Si quieren, también unas alcaparras.

Me despido con un cuento fabuloso. Consecuencia del plan-tueque literario con La Pulpera, con ustedes:

ALAS
Yo ejercía entonces la medicina en Humahuaca. Una tarde me trajeron a un niño descalabrado: se había caído por el precipicio de un cerro. Cuando para revisarlo le quité el poncho vi dos alas. Las examiné: estaban sanas. Apenas el niño pudo hablar le pregunté:
−¿Por qué no volaste, m'hijo, al sentirte caer?
−¿Volar? -me dijo- ¿Volar, para que la gente se ría de mí?

12 comentarios:

  1. Mamacita que sabooor!!!
    Adoro los pistachos.
    Mi amigo Renzo Caputo, sanjuanino él (único funcionario no corrupto en el gabinete del Gobernador Gioja), y tipo grosso en el área de agricultura, fue uno de los primeros gestores de emprendimientos de cultivo del pistacho en Argentina; diez años se pasó el cristiano cambiándole los pañales a esos arbolitos que trajo de California...paciencia budista para producir tanta delicia.
    Y ya que estamos con manjares tiro una idea: ¿Por qué no te hacés una "Canastita Navideña Getino" y la sorteás entre los miembros del Google Friend Connect?

    Mmmm...que problema con los españoles...

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  2. Qué cosas Estela... será cierto que es mucho mejor, en este mundo cruel, ser plano, simple, sin aristas y casi invisible? que lo bueno o lo destacable nos hace a veces sufrir?
    Reflexiones mañaneras!!!
    No sabía yo lo del pistachero, aunque no me extrañaría que en Babilonia se hubiese dado hasta la rosa de té, qué maravilla de verguel debió ser en aquella tierra tan árida...
    Oye que me pongo a dar la lengua aquí y no me voy nunca, y tengo cola detrás de mí de gente que quiere entrar en tu cocina!!!
    Te dejo besos ;)

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  3. Hola Pez, sabés que justamente esta historia de los árboles pistacheros, de las sombras y de la leyenda babilónica la saqué de una página sanjuanina: http://www.agroconsulta.com/historia.html
    Tal vez tu amigo tenga algo que ver con esa página o esté nombrado ahí, implicitamente.
    Así que en San Juan tenemos los vinos, los pistachos, los chicos que nunca faltan a la escuela, las manzanas del tamaño de pelotas de golf, el Valle del Leoncito (la única y maravillosa parte que conozco de San Juan), qué gran provincia!
    Lo de la canastita navideña es una buena idea, pero claro, la mayor parte de la gente que pasa por acá viene de lejos. Pienso, una canasta con alimentos no perecederos (importados de españa, jajaj); o una canasta navideña cuyo ingrediente principal sea un libro; o la opción de fraguar el sorteo para que gane un visitante local. Lo pensaré con seriedad en estos días.

    Isa, mi conclusión luego de haber leído el cuento también fue un poco triste. Para mí que el secreto de la vida es hacerse cargo de las alas, perder el miedo al ridiculo y usarlas. Los que superan este miedo, me parece, viven con un poco más de felicidad.

    Besos a Pez, besos a Isa.

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  4. Estela, que plato más rico. y que historia más bonita sobre el árbol del pistacho, no la conocía. Un besazo.
    cosicasdulces.blogspot.com

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  5. Gracias por pasar, María. Me doy una vuelta por tu blog. Besotes!

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  6. Yo también voy a querer esa historia de los pistachos cascabeleando como en babilonia. Una porción doble por favor.
    Y muchas gracias por el honor de incluir a La Pulpera en la entrada. Desde este momento ha subido un tenedor (como mínimo) y ya está pa la Michelin: Única pulpería con mouse de atún, ginebra libre a toda hora y con tonadas y cogollos para acompañar.
    Un abrazo

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  7. Pulpero,
    see, ahura la Pulpera se va a hacer famosa con los diez seguidores de Con el tenedor, miamigo.
    Capaz que hasta le aparecen estos vendedores de-ambulantes que se pusieron de moda en los blogs para hacer trueques publicitarios.
    Y ya que estamos en su despensa, Pulpero, yerba, tabaco y trago pa todos los cresteanos.
    PS: No agarré la parte de cogollos... se refiere a la localidad de Burgos?
    O usté es muy moderno o muy viajante, mi amigo.

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  8. EAI tenia algo con el vuelo... hay varios cuentos de el de gente q vuela, flota, o se va elevando como un globo...
    la entrada navideña, no hay con q darle! ideal para los 34 grados centigrados q hace esos dias a la sombra! este año estuve en san juan y traje pistachos... me parece q me los comi todos, no llegaron al atun :(

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  9. Lo de las tonadas y los cogollos era una manera de acercarme al aire cuyano que tenía la historia de los pistachos.
    El cogollo es una coplita corta que se canta en San Juan y Mendoza, se dedica a alguno de los presentes en la guitarreada y tiene más o menos esta forma:

    Amiga Estela Getino,
    dulce cogollo de membrillo (o de lo que sea, que rime con lo que se quiere decir o con lo que sigue)
    me han dicho que al "Tenedor..."
    le anda sacando buen brillo.
    ó
    Amiga Estela Getino
    dulce cogollo e' repollo
    dejaré la copla aquí
    pa no largar todo el rollo...

    Y así.

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  10. Hola Juli, este EAI tenía algo con el vuelo, sí, y también él mismo me parece que tenía mucho vuelo. Los cuentos cortos que leí de él, todos, me parecen maravillosos.

    Pulpero: qué susto, compadre. En mi barrio le dicen cogollo a otra cosa (algo que saca humo). Esos cogollos que ha escrito usté me gustan, miamigo. Se agradece tanta cultura felológica.

    Abrazos.

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  11. Estelillaaaaaaaaa!!!! esa mousse que has hecho tiene que ser cosa divina!!! para que fuera perfecta del todo sólo le faltan un par de alitas para que cruzaran el charco y llegaran a mi casita! hehe!!!! de verdad que pinta deliciosa!!! y me ha encantado también esa historia de los pistachos, tanto que me he teletransportado en el tiempo y me he sentao debajo del pistachero solamente para escuchar esa soniqueta de las cáscaras al golpearse unas contra otras! que lujo leerte Estela!!! que me gusta más venir aquí que los alfajores! bueno, pero mucho más eh... :))

    Besiños salseros amiga!

    Tito! :)

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  12. Gracias, Tito. Que te guste más mi blog que los alfajores es un gran halago... peroooo... en España, los alfajores que llegan de acá, ya están secos o vencidos. No sé si tomarlo como un cumplido :) Un bico e una aperta.

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