sábado, 15 de enero de 2011

Zanahorias glaseadas a la naranja


Se dice que las zanahorias ya existían en el año 3000 ADC y que son originarias de Afganistán. En aquellos tiempos eran púrpura por fuera y amarillas por dentro. Luego se distribuyeron por Asia, Africa y Arabia, dando lugar al nacimiento de variedades de distintos colores: blancas, amarillas, verdes y hasta negras.
La primer zanahoria naranja se cultivó en Holanda en el Siglo XVI (¡la pura verdad!) y fue el resultado de un cruce deliberado para que la hortaliza conicidiera en color con la casa real holandesa de Orange.  Y, siempre fueron un poco excéntricos los holandeses. Lo digo porque también me dijeron que hay familias en Amsterdam que practican español con loros sudamericanos. La persona que me lo contó no es muy fiable, así que mejor no tomar muy en serio este último dato.

A lo nuestro. Paso una receta de zanahorias naranjas glaseadas a la naranja que sirve para acompañar carnes o simplemente como entrada, vivan en el país del color en que vivan.

Ingredientes:
4 zanahorias, 1 diente de ajo, 4 cucharadas de aceite de oliva, 1 ramita de romero, jugo de 2 o 3 naranjas, 2 cucharadas de azúcar, sal y pimienta.

Procedimiento:
Limpiar las zanahorias. Cortarlas en tiras. Calentar aceite de oliva. Echar un diente de ajo entero e inmadiatamente las zanahorias. Dejar cocer un par de minutos y luego salar, pimentar y agregar romero fresco picado, el jugo de las naranjas y dos cucharadas de azúcar. Tapar y dejar cocer a fuego lento por 30 minutos aproximadamente. Cuando las zanahorias estén tiernas, destapar la olla y  dejar sobre el fuego unos minutos más para que la salsa reduzca y espese.

Cerramos esta receta con un cuento que poco tiene que ver con zanahorias, naranjas, holandeses excéntricos o loros sudamericanos.
El cuento que quiero pasarles resultó ganador del Concurso de Microcuentos de Humor y Viajes 2010, organizado por "La risa de Bilbao". Los dejo entonces en buena compañía. ¡Hasta la próxima!

RAROS EN UN TREN
Jöel López Astorquiza

En un viejo vagón de tren, una mujer busca un asiento libre. Encuentra uno al lado de un hombre inmerso en la lectura de un librito.
- ¿Está libre?
- Bueno, divorciado, pero sí, estoy libre.
- No digo usted, me refiero al asiento.
- ¿Eh?... ah!... supongo que sí. Perdone.
- No se preocupe. Gracias.
Después de un instante, él deja el librito.
- Le habré parecido un imbécil.
- ¿Por casarse?
- No, por confundirme.
- Bueno, por eso se divorció, ¿no?
- La verdad es que me dejó ella.
- Bueno, gracias a eso tenía el asiento libre.

3 comentarios:

  1. jajaja tus post con los plus extras son una deliciaaa (más allá de la delicia de las recetas ;D)
    Buen plato, y fácil, y parece sabroso. Soy muy de zanahoria, pero siempre buscando la forma de hacerlas, porque no de todas formas me gustan. Esta parece ser una combinación buenísima!!!
    Te digo otra, fácil (como para mi) y supongo que más vieja que la escarapela, pero yo no la conocía y es una buenísima combinación:
    Ensalada:
    ¿Qué hacer?
    Rayas zanahorias
    Rayas manzanas
    Y Listo jajajaja
    Muy fácil, te dije. Pero la combinación queda bárbara. Ya me dirás ;D

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  2. Gracias, Dialoguista. Sabés que no la conocia esa receta :) Yo le agregaría un toque mágico: ketchup! jajaja, y es verdad! Gracias por tu colaboración y tu comentario. Hoy mismo hago esa ensalada. ¡Besos!

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  3. Estela, gracias por visitarme!, ayer estaba tan liada con la pequeña polemica que no pude agradecertelo!!!
    Me gusta tanto leerte!!, y hoy el pequeño cuento me ha hech sonreir muuuucho!!!!
    De las zanahorias, que decir de ellas??, que me gustan y me gusta todo lo que me has enseñado!
    Besos amiga!!

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