Dos hombres van a un restaurante chino, y al entrar se sientan y esperan al mesero, cuando éste llega, le preguntan cuál es el especial del día, a lo que el mesero responde:
-Aloz con lata.
Los hombres se miran y uno dice sorprendido:
-¿Arroz con lata?
El mesero dice:
-No, aloz con lata.
El hombre vuelve a preguntar:
-¿Arroz con lata?
A lo que el mesero explica:
-Con lata, la mamá de los latoncitos.
Con tremendo chiste que encontré, de nada vale hacer el intento por escribir una introducción. Así que voy derecho a la receta:

1/2 kilo de calabaza o zapallo
1 cebolla
300 gramos de arroz carnaroli
1 litro de caldo de verduras
1/2 vaso de vino blanco
Queso parmesano rallado
Manteca, aceite de oliva
Manteca, aceite de oliva
Sal, pimienta y salvia (o romero)
Calentar una olla con aceite de oliva a fuego bajo. Agregar la cebolla cortada bien chiquita. Ni bien transparente, poner la calabaza pelada y cortada en cubos pequeños. Cocinar unos minutos. Agregar el vino blanco y dejar cocinando hasta que se evapore el alcohol. Luego, agregar el arroz. Saltear unos minutos, mientras vamos mezclando con cucharón de madera y luego, de a poco, ir echando el caldo (un cucharón por vez, hasta que se evapore, luego otro cucharón, y así, ya saben todos). A los veinte minutos aproximadamente el arroz estará listo y la cabaza deshecha. El arroz tiene que quedar bien caldoso. Apagar el fuego, agregar sal, pimienta, manteca y queso paremesano. Tapar la olla y dejar estacionar unos minutos. Al momento de servir, podemos agregar por encima salvia o romero.
Tampoco de nada vale hacer un esfuerzo por cerrar prolijamente este post. Con tremenda fábula que encontré, me despido.
Extraida de la Revista e-Kuóreo
Otra vez "Le Corbeau et le Renard"
De Álvaro Yunque
El cuervo, subido a un árbol, estaba no con un queso según dice la fábula clásica, sí con un sangriento pedazo de carne en el corvo pico. Llegó el zorro. El olor lo hizo levantar la cabeza, vio al cuervo banqueteándose, y rompió a hablar:
—¡Oh hermoso cuervo! ¡Qué plumaje el tuyo! ¡Qué lustre! ¿No cantas, cuervo? ¡Si tu voz es tan bella como tu reluciente plumaje, serás el más magnífico de los pájaros! ¡Canta, hermoso cuervo!
El cuervo se apresuró a tragar la carne, y dijo al zorro:
—He leído a La Fontaine.
Nota: para los que no entendieron el final, paso aviso: La Fontaine escribió aproximadamente unas doscientas cuarenta fábulas, muchas de las cuales sirvieron a las abuelas de antaño para torturar a sus queridos nietos. Entre esas famosas fábulas se encuentra "Le Courbeau et le Renard" (en español, "El cuervo y el Zorro"), cuya moraleja, como era de esperarse, es de moral desgraciada.