Este budín puede contener, además de arroz y atún, una mezcolanza de cosas que, o bien nos gustan, o nos quedan en la heladera. Para hacerla altamente nutritiva yo la hago así: cocinamos media taza de arroz con una taza de agua (como indican las instrucciones de la caja). Mientras tanto, abrimos una lata de atún, le agregamos limón, sal y un poco de aceite de oliva. Lo desmenuzamos bien. Agregamos también medio tomate cortado chiquito, aceitunas y una mayonesa hecha a base de puré de paltas, limón, queso blanco y mayonesa (o mayonesa solamente, a conciencia). Si quieren, también pickes. Cuando el arroz esté cocido, colado y frío, se lo agregamos a la preparación anterior. Revolvemos bien hasta que quede una pasteta, metemos en un molde y a la heladera un buen rato como para que se solidifique.
El atún y la salud:
El atún contiene grandes cantidades de ácidos grasos omega 3, que son muy buenos para el corazón, el desempeño neural y de las articulaciones. También ayudan a prevenir la trombosis y arteriosclerosis y mejoran las funciones cerebrales de las personas adultas. Reducen la presión sanguinea y también los niveles de colesterol malo en la sangre.
Nadie vivirá por siempre solo por comer atún pero seguro les ayudará a vivir mejor. Con este consejo y este cuento damos terminada la receta:
James George Frazer. Vivir para siempre.
Otro relato, recogido cerca de Oldenburg, en el Ducado de Holstein, trata de una dama que comía y bebía alegremente y tenía cuanto puede anhelar el corazón, y que deseó vivir para siempre. En los primeros cien años todo fue bien, pero después empezó a encogerse y arrugarse, hasta que no pudo andar, ni estar de pie, ni comer ni beber. Pero tampoco podía morir. Al principio la alimentaban como si fuera una niñita, pero llegó a ser tan diminuta que la metieron en una botella de vidrio y la colgaron en la iglesia. Todavía está ahí, en la iglesia de Santa María, en Lübeck. Es del tamaño de una rata, y una vez al año se mueve.
James George Frazer - Balder the Beautiful, vol. 1 (1913)
gracias por los buenos ritmos de ir preparando los elementos (y por el viaje en subtes porteños!)
ResponderEliminarhola que rico
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