viernes, 9 de abril de 2010

Tarta de humita


Por allá por 1903, Angel Villoldo le hace conocer a un pianista y compositor amigo, José Roncallo, los compases que darían nacimiento al tango “El choclo”. Roncallo trabajaba en el restaurante "El americano", lugar que frecuentaba toda la crema de Buenos Aires y en donde estaba prohibido el tango por su caracter “prostibulario" y "pornográfico".  Como lo que escucha le interesa demasiado, le propone a Villoldo darle una vuelta para poder interpretarlo ahí. Disimulado bajo la forma de "danza criolla”, se presenta El Choclo  en "El americano", iniciando desde esa misma noche una larga carrera de éxito y popularidad. Al poco tiempo se descubre que verdaderamente "El choclo" era un tango, pero ya es tarde para dar marcha atrás.
La primera versión de la letra de Villoldo (1907) decía algo así como:
De un grano nace la planta que más tarde nos da el choclo/ por eso de la garganta dijo que estaba humilloso/ y yo como no soy otro, más que un tanguero de fama/ murmuro con alborozo está muy de la banana.
A la muerte de Villoldo, su amigo Marambio Catán, reescribe la letra: Vieja milonga que en mis horas de tristeza/ traes a mi mente tu recuerdo cariñoso/ y encadenándome a tus notas dulcemente/ siento que el alma se me encoge poco a poco.

Finalmente, en 1946, Enrique Santos Discépolo da la última versión: Con este tango que es burlón y compadrito/ se ató dos alas la ambición de mi suburbio/ con este tango nació el tango como un grito
salió del sórdido barrial buscando el cielo./ Conjuro extraño de un amor hecho cadencia/ que abrió caminos sin más ley que su esperanza./ Mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia/ llorando en la inocencia de un ritmo juguetón./ Por tu milagro de notas agoreras,/ nacieron sin pensarlo las paicas y las grelas,/ luna en los charcos, canyengue en las caderas / y un ansia fiera en la manera de querer.

¡Qué cabeza la mía, la receta de tarta de humita!
Para la masa batimos un huevo, agregamos sal, pimienta, un cuarto taza de aceite -o 100 gramos de manteca para que sea más rica y crocante-, dos cucharadas de agua fría, cuatro de vino blanco (o 6 de agua) y una taza y media de harina (o un poco más).
Amasamos. Enharinamos el bollo y dejamos reposar un rato. Luego estiramos y forramos un molde enmantecado con nuestra tarta. Pinchamos y llevamos al horno por unos 15 minutos.  Para el relleno: en una sartén con aceite, freímos una cebolla blanca, cuatro o cinco cebollitas de verdeo y un morrón verde. Cuando estén dorados, agregamos 2 latas de choclo cremoso (recomiendo La Campagnola porque son más dulces). Cocinamos un rato más y apagamos el fuego. Cuando esté tibio agregamos uno o dos huevos, revolvemos bien y rellenamos la masa. Por encima agregamos queso rallado y nuez moscada. Y otra vez al horno por unos veinte minutos más.

Se han interpretado innumerables versiones de este tango "criollo".  Y hay una que particularmente me interesa compartir y es la maravillosa Kiss of fire de Louis Armstrong:
Si me hacen el favor, escuchenlá.


1 comentario:

  1. hoy no compre masa de tarta y menos me puse a cocinar, la compre hecha (y envasada! que verguenza) pero al sacarla del horno estaba rica porque me dije 'es como si la hubiera hecho la temu!'

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