miércoles, 20 de abril de 2011

Papines al romero


Durante los cuatro días libres que tuve en enero, pinté el baño. Durante los cinco días libres de febrero, la habitación. En marzo, el primer día libre que tuve pinté el pasillo y los anteúltimos tres, el living. Los últimos días de marzo permanecí en cama por un trastorno estomacal provocado por sobredosis de miorrelajantes. En el mes de abril tuve, al momento, dos días libres (contando hoy). Durante estos dos días pinté la cocina (no la parte donde se enciende el fuego, aclaro) y, si no me equivoco, ahí se terminó mi casa. Luego, en mayo, espero, iniciaré el plan restauración de puertas, ventanas, placard y macetas. Presumo que en las próximas navidades estaré en condiciones de decir, “ya decía yo que iba a poder”. Espero que para ese entonces lo blanco de las paredes aguante, puesto que no lijé, no rasqueteé, mucho menos enduí y por último, donde había partes descascaradas, apreté con los dedos, pasé fijador y tapé con al menos cuatro manos de pintura. Calculo que en corto plazo las paredes darán un concierto.

Todo esta larga y penosa introducción para decir que como mi cocina es un desastre, apenas tuve tiempo de cocinar. Pero siempre hay espacio  para alimentar el espíritu y rellenar este blog, así que paso una receta muy rapidita, sencilla y simplona que, acompañada por una buena salsa (o kétchup y mayonesa, si es que estamos trabajando con la brocha) se convierten en el mejor nutrimento del trabajador doméstico. 
Ingredientes:
1/4 taza de aceite de oliva, 2 dientes de ajo, 1/2 kilo de papines andinos, romero fresco, sal y pimienta.
Hervir los papines (con la piel) en agua y sal por 15 minutos. Colar y reservar.
Calentar el aceite de oliva en una sartén, agregar los dientes de ajo (enteros o machacados, según crean conveniente) y luego agregar las papas y las ramas de romero. Retirar, salar y pimentar y servir.
Si preferimos evitar ensuciar una olla (porque no tenemos lugar donde lavarla), podemos cortar los papines al medio y freírlos en abundante aceite (con cáscara y todo). Luego los pasamos a un plato cubierto de papel y salamos, pimentamos y agregamos romero picado fresco y un par de dientes de ajo machacados.
Y ya que mi introducción parece la de un presidiario en libertad condicional (o de una loca, según les sugiera la imaginación), damos fin a esta receta con la historia de un preso salvado de la muerte y de los quehaceres domésticos gracias a su fuerza de voluntad e ingenio. 
Extraído de Narrativa breve, con ustedes:

"Historia fantástica"
Del escritor argentino Marco Denevi:
Cuenta fray Jerónimo de Zúñiga, capellán de la prisión del Buen Socorro, en Toledo, que el 7 de junio de 1691 un marinero natural de las Indias Occidentales, de nombre Pablillo Tonctón o Tunctón, de raza negra, condenado al auto de fe por brujo y otros crímenes contra Dios, se evadió de la cárcel y de ser quemado vivo pidiendo a sus guardianes, tres días antes de marchar a la hoguera, una botella y los elementos necesarios para construir un barco en miniatura encerrado dentro del frasco. Los guardianes, aunque el tiempo de vida que le quedaba al reo era tan breve, accedieron a sus deseos. Al cabo de los tres días el diminuto navío estaba terminado en el interior del vidrio. La mañana señalada para la ejecución del auto de fe, cuando los del Santo Oficio entraron en la celda de Pablillo Tonctón, la encontraron vacía lo mismo que la botella. Otros condenados que aguardaban su turno de morir afirmaron que la noche anterior habían oído un ruido como de velas, chapoteo de remos y voces de mando.

6 comentarios:

  1. Qué horror son las reformas en casa... y más cuando hay que tomárselas con tiempo, parece que nunca se acaban, verdad?
    Pero si tienes tiempo para platos tan maravillosos no todo es entonces tan malo...
    Besitos ;-)

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  2. Y hoy en el coche le decía a mi hija que tengo que pintar la casa... creo que intentaré aguantar otro poco. No me siento con fuerzas de vivir tu intro.

    Besitos y felices vacaciones

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  3. Cariño!, estoy de vacciones..pero al ver que habias publicado no he podido resistirme a venir a verte!...lo de pintar me hace gracia..eres como yo!, siempre que lo hago me propongo hacerlo bien por una vez..pero jamás lo consigo, pinto sin rascar, tapo sin ningún cuidado....pero te puedo confirmar que la mayoria de las veces aguanta!..doy fe de ello!!!
    Las patatitas son sencillas amiga..pero no menos exquisitas. Las fotos preciosas..y tus relatos como siempre dignos de tu gran capacidad de seleccion. Siempre me atraes como mosca a la miel preciosa Estela!!!!
    Ahora me voy, volvere la semana que viene!!!. No te olvides de mi!!!!
    Besitos linda amiga!!!!!!

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  4. Estas papas son mi adoración,chiquitas y sabrosas siempre las como con cáscaras.Que mujer más trabajadora eres igual que yo parezco maestro,siempre pintando,eres fenomenal,tienes tiempo para todo,eres una mujer multifacética,te felicito,cariños y me voy con mis papitas ricas ,cariños y abrazos.FELIZ VIERNES SANTO Y FIN DE SEMANA.

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  5. ¡Gracias, chicas! ¡Me estoy pasando un fin de semana bárbaro, corriendo cacharros, limpiando pinceles y descubriendo secretos vencidos muy al fondo de la alacena, jajaja! ¡Pero qué lindo cuando la casa huele a nuevo! He dejado comentarios en sus respectivos blogs. Besos y feliz fin de semana.

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  6. Yo le temo hacer reformas, despues te encuentras polvo hasta en el último rincon.
    La receta me gusta tiene que tener un sabor muy rico.

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