domingo, 11 de septiembre de 2011

Brochette de lomo y ciruelas en salsa de mostaza


Hoy encontré un cuento (el que posteo debajo) que me resultó muy familiar. Hace algunos años, en el piso de arriba de mi casa, vivía un abogado que se iba a dormir todas las noches a  las 12 y media clavadas. Como, en general, en la semana yo me voy a dormir un rato antes, solía escuchar su rutina. El abogado se sentaba en la cama y se sacaba un zapato. A los treinta segundos, el otro. Un minuto después, caía en el piso un cinturón de hebilla pesada. Hasta que no escuchaba el último crujir de las patas de su cama, no podía dormirme. Era un rito tranquilizador, que me ayudaba a conciliar el sueño. Pero, hace cosa de un año, el abogado se mudó. Su casa fue ocupada por una pareja de lo más extraña. Nunca se van a dormir a la misma hora. Tampoco se sabe qué tipo de zapatos usan. Algunas veces se oye un perro encerrado en el placard. Otras, una valija pesada que se arrastra. Los fines de semana son alarmantes. Pareciera que se van a dormir no dos, sinó tres... y, a veces, hasta cuatro. Toda esta situación me desvela. Me levanto de mal humor, cansada, con ganas de subir al piso de arriba y ponerle los puntos a los dos, a los tres, a los cuatro que viven ahi adentro. Es feo ser insomne por culpa de personas que una ni siquiera conoce. Pero más feo aún, encontrarme en este momento, somnolienta, malhumorada, escribiendo pavadas. Así que mejor, voy a la receta:

Ingredientes (para 2 brochettes)
250 gramos de lomo cortado en cubos
1 cebolla blanca
100 gramos de panceta
10 ciruelas pasas descarozadas
Mostaza
Salsa de soja (o vino tinto)
Sal y pimienta

Procedimiento:
Cortar el lomo en cubos. Macerar con salsa de soja y pimienta. Cortar la cebolla en trozos, también la panceta. Descarozar las ciruelas. Armar las brochettes como de costumbre. Un pedacito de cada cosa, apretando bien para que las cosas se junten. Llevar a plancha para churrascos, o a horno, parilla o incluso sartén aceitada. Sellar. Preparar una salsa con vino (o salsa de soja), mostaza, sal y pimienta. A medida que la carne se va cocinando, ir bañando las brochettes con la salsa.

Como les dije en la introducción, este fue el cuento que despertó los recuerdos de mis anéctotas nocturnas con el abogado de arriba. Los dejo en compañía de un maravilloso cuento. Espero que lo disfruten y también, cómo no, que sueñen con los angelitos.

Extraído de: Narrativa Breve

UNA NOCHE EN UN HOTEL, de Slawomir Mrozek
Estaba a punto de dormirme cuando detrás de la pared se dejó oír un fuerte golpe.
"Ya está, ahora empezará aquello -pensé-. Será igual que en aquella famosa anécdota. El vecino se quitó un zapato y lo dejó caer al suelo. Ahora no podré dormir hasta que se quite el otro y vete a saber cuánto rato tendré que esperar a que lo haga".
Así que cuál no sería mi alivio cuando enseguida se dejó oír el segundo golpe.
Me estaba durmiendo de nuevo cuando detrás de la pared sonó un tercer estrépito que me quitó el sueño.
Eso sí que no me lo esperaba. ¿Acaso mi vecino tenía tres piernas? Imposible. ¿Había vuelto a ponerse un zapato y se lo había quitado de nuevo? Poco probable. Así que, por lo visto, tenía dos vecinos.
Y comenzó mi tormento,justo como lo había previsto. Lo único que me permitía resistir era la esperanza de que de un momento a otro tenía que quitarse el otro zapato. Sin embargo, la noche transcurría y el segundo, es decir, el cuarto ruido no llegaba.
No pegué ojo en toda la noche y por la mañana bajé a desayunar totalmente agotado. Encontré a mi vecino. Busqué con la mirada al otro, pero no estaba, sólo había uno. Ese otro seguramente se había dormido hecho una cuba y continuaba durmiendo con un zapato puesto.
-¿Tiene ratones en su habitación? -inquirió mi vecino-. Porque yo sí los tengo. Hacían tanto ruido que tuve que tirarles un zapato para que pararan.
A partir de entonces dejé de pensar con lógica. Un estúpido ratón tiene más poder que toda la lógica junta, y la lógica sólo provoca insomnio.

19 comentarios:

  1. querida! siento el olor de esas brochetes! mi vecino de arriba vive con su hermana "mayor", pero hace años q nadie la ve... yo vivo hace 4 y no la conozco, por los extraños ruidos y verlo a el venir de la roticeria con un solo paquete y un postre, llegue a la conclusion de q la tiene encerrada, o peor aun, tras la pared, viva, por eso los ruidos extraños: ella intenta escapar escarbando con lsa uñas y no lo logra... si vieras a este señor sabrias q mi hipotesis es totalmente logica: tan respetuoso, tan correcto, tan solitario...

    ResponderEliminar
  2. Excelente relato, le da alas a la imaginación.
    Deliciosas brochetas, de sabores contrastantes, como a mi me gusta!
    BESITOS

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado el relato,pero las brochetas te han quedado de cine un beso cosicasdulces.blogspot.com

    ResponderEliminar
  4. Gracias a todas por los comentarios, chicas. En especial a Juliana. Es cierto que la realidad supera la ficción. La tuya es una historia muy jugosa, buena materia prima para escribir un cuento de verdad. Besos!

    ResponderEliminar
  5. Qué vuelva ese abogadoooo, que Estela no puede dormir sin el ruido de la hebilla, los zapatos...Me ha gustado tu historia cotidiana y deliciosa. Y me han gustado esas brochetas, son de lo más apetecibles.

    ResponderEliminar
  6. Mi Estela preciosa!!!!
    Gracias por seguirnos al chaval y a mi en nuestro nuevo blog!!!:)
    tu entrad de hoy me encanta!!!...pero realmente ese abogado existe???...si es así que horror vivir sin el y su agradable rutina de antes de dormir!!!
    el cuento, como siempre fabuloso!!...no me extraña que lo que yo invierto en libros de cocina, tu lo inviertas en otras lecturas!!!
    gracias siempre amiga y besos salseros!!
    Juana

    ResponderEliminar
  7. Hola Jua, de nada, es un honor. ¡Qué dupla, me digo! Se van a potenciar los dos juntos. Hay que ver qué salsa se arma ahí en ese blog. Ese abogado existe... de verdad. Y no exagero con los nuevos que ahora viven arriba. Ojalá me lean, que les entre remordimiento y manden a alfombrar todos sus pisos! Besos grandes a los dos.

    ResponderEliminar
  8. Ay Estelita de mi corazón, no sabes como te comprendo . Yo tengo vecinos revoltosos también , de los que hacen ruidos sin parar a altas horas de la madrugada ....al final terminé por acostumbrarme a ellos y aunque me despiertan no hago asunto y me vuelvo a dormir , pero a veces , los mandaría a la luna como poco jajaja.....

    Seguro que estas brochetitas tan ricas habrán hecho aparecer el buen humor por arte de magia .

    Besinos preciosa.

    ResponderEliminar
  9. Como no tengo vecinos, no puedo contar anécdotas tan divertidas ni cuentos como el que explicas!!!! Que intriga con el ratón.... Te felicito por la brocheta sencilla y aromatica. Que pensarán de ti tus vecinos ??? Ya está la cocinillas preparando una cena deliciosa. Besos.

    ResponderEliminar
  10. Deliciosas brochetas, que te voy a copiar, pero me voy preocupada por tus vecinos tan freakies. Besitos

    ResponderEliminar
  11. Estela buenísimo tu relato y las brochetas una divinidad.
    Besos y un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. hola,blogueando un poquito me he encontrado con tu blog y por aqui me quedo a seguirte,me gusta.
    un saludo y quedas invitada al mio cuando gustes.
    http://conaromaacaserito.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  13. Menuda receta de las que me chiflan ..esos sabores diferentes con las ciruelas ..el relato buenisimo ..me la apunto .bsssMARIMI

    ResponderEliminar
  14. Estelaaaaaaaaaaaaa!!! dime que te queda una brochetina de esasss pordiossss!!! y que salsita tan buena!! no sé si copiártela directamente pal nuevo blog que tengo con la socia! jeje!!!

    Una vez más me ha encantado leerte amiga. Lo haces de miedo y enganchas a uno desde la primera palabra...

    Un besiño muuuy grande Estela! :)

    ResponderEliminar
  15. En retribución a estos convites y, estimando que serán de tu gusto, me permito sugerir la degustación de un sutil cuentista argentino: Marco Denevi, tan irónico como Mrozek.
    Si tus preferencias pasaran por un menú más variado, "Comer con la mirada" - Ediciones del Centro Cultural de la Cooperación, Av. Ctes. 1543, Bs As - tiene una carta casi tan amplia como la de este comedor literario.
    ¡Ah! Para mí la brochette con muy poca sal, por favor.

    ResponderEliminar
  16. Estela Getino, cómo alguien malhumorada y somnolienta puede escribir sin errores de puntuación, ni faltas, ni erratas, sin ser José Cela, permanentemente malhumorado y durmiendo (que no dormido) en cualquier ocasión. Porque, ya sabes, no es lo mismo estar bebiendo que estar bebido.
    Y qué, ¿era guapo el abogado?, parece, por lo que explicas, que vivía solo y era muy rutinario, que me dices, al menos alguno de sus ritos, aunque fuera sin quererlo, te gustaba seguirlo.

    ResponderEliminar
  17. Eugeni, se ve que algo me pasaba con ese abogado. Ahora que releo la introducción, pienso, se trasluce que me gustaba andarle, sobre todo, detrás de sus dos últimos pasos :)

    ResponderEliminar
  18. holaaa que talll tienes un blog estupendo, esta receta en especial me ha encntado :) besucos desde santander, españa

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...