miércoles, 31 de marzo de 2010

Pollo con mole


El mole es una de las salsas más difíciles de hacer. Lleva muchísimas cosas: almendras, nueces, maníes, cacao, canela, pasas, sésamo, clavo de olor, perejil, pimienta, cebolla, ajo y más de cincuenta clases de chiles. También requiere de mucha técnica para que el resultado sea una salsa picante (y asimilable a la vez), aterciopelada y aromática. Es decir, que sea un placer para la vista, el olfato, el paladar, el alma y el estómago.
La historia dice que a esta receta la inventaron los aztecas, quienes lo llamaron “mulli” (o mezcla) y que fueron las monjas mexicanas, en los períodos de voto de silencio, la que la perfeccionaron. Nosotros, que no tenemos a mano los ingredientes, la experiencia ni la costumbre de estar mucho tiempo en la cocina, encontraremos la forma de hacerlo bien, fácil y honradamente.  Rápido lo que se dice rápido no va a ser, pero “si de prisa haces el mole, ¿qué dejarás pa´ hacer despacio?”. La parte que nos llevará tiempo será la de tomarnos el 64 para ir al barrio chino a conseguirlo. También podemos ir al Jumbo o a una de estas vinerías donde venden conservas importadas. Viene, que yo sepa, en pasta o en polvo. Una vez que logrado este primer gran objetivo, podremos decir “manos a la obra”. Desde este momento es muy fácil.

Además del mole poblano, necesitaremos presas de pollo. Yo recomiendo usar pechuga, para el foco no se salga de la salsa. Nos conviene cocinarla a la cacerola (u olla), para lo cual: calentamos un poco de aceite, echamos una cebollita cortada, perejil o cilantro y, si quieren,  zanahoria y apio. Una vez que está dorada la cebolla, sellamos el pollo. Por otro lado preparamos un caldo de ave o lo que tengan ganas: en una taza con agua caliente hidratamos un cubito de ave o de lo que más les guste. Vamos echando el caldo de a poco en la olla para que el pollo no se seque. Cocinamos por alrededor de 20 minutos. Mientras tanto, preparamos el mole. Es decir, seguimos las recomendaciones de la cajita si es en polvo y de la etiqueta si es en pasta. A cualquiera de estas dos preparaciones podemos agregar un poco del fondo de caldo que nos quedó en la cacerola. Servimos el pollo en un plato y lo bañamos en la salsa. Rociamos con unas semillas de sésamo. Ténganse fe, si saben cocinar bien el pollo, el mole muy difícilmente les salga mal. “Del plato a la boca, nadie se equivoca”.

1 comentario:

  1. mmmmmmmmmmmmm que rico Santa Rita! cada día nos deleitàs màs....!

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