domingo, 11 de julio de 2010

Tarta de manzanas y yogurt


Hoy domingo, en vez de hacer el tradicional té canasta en la sociedad de fomento, nos juntamos con las chicas a ver el partido Holanda-España. Hilda llevó el termo de té, Nélida los vasos de plástico, Graciela el azúcar, Margarita nada y yo, por alardear con la cocina, esta tarta de manzanas que ven en la foto y cuya receta podrán leer un poco más –más, más- abajo. Cuando me vieron desembolsar la tarta, sonrieron como caniches y soltaron, “sanito, che”. Seguro esperaban a que llevara un cheesecake, o una lapidaria torta de moscato y dulce de leche. Hilda se rascó la panza y sin mirarme a los ojos  ironizó, “si se manda la paaarte”. Sin atender del todo, corté la tarta y la repartí entre todas. Graciela dio un bocado y opinó: “ayyy, pero qué lindaaaaaa!”. No esperaba que dijeran “qué rica”, primero porque son unas envidiosas y segundo porque no conocen lo que es fino y bueno. Paso la receta entonces y luego, para quien tenga ganas, cuento cómo terminó la tarde del partido (porque el partido ya lo vieron todos, para qué se los voy a contar, aunque si quieren se los cuento… y opino).

Receta para 6 jugadoras (dores): 3 huevos, ¾ taza de azúcar, ½ taza de aceite de maíz, 1 yogurt natural, 1 taza de harina leudante (o harina común y polvo royal), 2 manzanas verdes, ralladura y jugo de limón y pasas rubias. Pelamos las manzanas, las cortamos en gajos y maceramos con las pasas en jugo de limón y un cuarto taza de azúcar. Separamos las yemas de las claras. Batimos las claras a punto nieve y reservamos. Batimos las yemas con la media taza de azúcar que nos queda. Cuando llegue al punto letra (espesas y blancas) agregamos, sin dejar de batir y de a poco, el aceite. Seguimos batiendo y agregamos el yogurt, la ralladura de limón y luego, de a poco, el harina. Apagamos la batidora y agregamos las claras a nieve con movimientos envolventes. Enmantecamos un molde y acomodamos las manzanas con las pasas en la base. Por encima agregamos la masa. Llevamos al horno mediano por unos 40 o 45 minutos. Apenas entibie, desmoldamos, para que las manzanas se puedan despegar con facilidad del molde, cosa que no sucede si la dejan enfriar.

Finalizando, si es que así se puede decir, opino que la tarta estuvo deliciosa. Me la comí entera porque las otras estaban muy concentradas en el partido haciendo comentarios del tipo “a Ronaldo le dan las camisetas un talle más chico que a los otros jugadores porque es modelo”, interrumpida por un “¡pero cuántas costillas tiene el chico ese, pero por favor!”, para luego pasar a preguntas vitales, como ser, si estaba bien nacionalizar a los jugadores, sobre qué sería Alemania sin Podolski o Klose, sobre qué sería Argentina sin Gonzalo Higuaín y cuál hubiera sido el destino de Paraguay sin la presencia de Lucas Barrios. De paso, hablamos de lo difícil que está hoy en día pedir la nacionalidad europea. Nélida confesó que en su árbol genético había un 50 % de sangre francesa, a lo cual Graciela contestó, “aahhhh, ellaaaaaaaa”. Como era de esperarse, también discutimos sobre las pérdidas sufridas por el equipo argentino y, entonces, Margarita, la más existencial del grupo, preguntó acalorada, “¿por qué Victor Hugo dijo que si Argentina llegó a cuartos de final fue por accidente? ¿accidente de qué? no puede opinar un hombre así, siendo que es uruguayo”. Cuando vi que Hilda –yorugua y perdedora de cartas de primera línea- se levantó con la mano en alto para decir “momentito, a ver…”,  yo pensé “sonamos”. Entonces aproveché a tomarme el buque no sin antes guardarme el plato en el bolso. Todo puede perder una cocinera menos la base moral. Me alegra que haya ganado España, por un lado porque tengo un 50 % de sangre española en mi árbol genético y, segundo, porque verla festejar a Máxima en los mundiales es algo que no puede tolerar esta jugadora.

1 comentario:

  1. a seguir probando tus delicias universales!
    totalmente de acuerdo, me encanto ver la cara de maxima decepcionada

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