miércoles, 28 de julio de 2010

Grisines


Cuando una o uno dice estar a dieta y va a un restaurante, se acomoda en la mesa, mira el menú, escucha lo que los otros comensales piden, estira un poco el mantel y sufre. Es así, no hay vuelta. Uno mira de reojo la canasta de pan, la manteca, el salero y cuando amaga a pescar el único bollito de pan negro, unos dedos flacos y resueltos nos ganan de mano  (pero qué des-fa-cha-tez). Entonces vamos al plan B, que es la bolsita de grisines.
Los grisines se inventaron en Italia en el Siglo XVII. Desde ese entonces se empezó a correr la bola de que comer ghersin (sonido onomatopéyico) era más sano que comer pan. Tal vez porque, al no tener miga y ser menos húmedos, se convirtieron en un sustituto más fácil de digerir. A partir de ahí estuvieron asociados a la dieta. Son muy ricos, eso sí, y útiles a la hora de rescatar los restos de las entradas que los vivíparos hayan dejado sin exterminar. Pero si es por calorías, sepamos que los grisines son mucho más engordantes que el pan.

La receta:
Los ingredientes básicos de los grisines son, harina, agua y aceite. Y después, lo que la imaginación proponga. Las proporciones dependerán de la cantidad que queramos hacer. La idea es poner harina en un bol (que puede ser leudante, común y polvo royal, integral, de salvado o de maíz; también podemos mezclar harina con levadura de cerveza previamente disuelta en agua tibia); un poco de aceite (de maíz, girasol o de oliva... incluso manteca derretida), agua tibia, sal, alguna especia (pimentón, orégano, pimienta u otra que les guste), una cucharadita de azúcar e, idealmente, queso rallado y semillas de sésamo, que les dará mayor virtuosidad. Mezclamos los ingredientes con el agua tibia hasta que se forme una masa que no se pegue a los dedos. Amasamos un rato. Separamos en bolitas, las estiramos hasta formar los palitos y le espolvoreamos encima las semillas de sésamo. Llevamos a  fuente enmantecada o aceitada y horneamos 5 minutos de cada lado. Si queremos los podemos pintar con huevo o con manteca.
Y si siguen con la idea de estar a dieta, recuerden el rezo que dice: Señor, si no puedes hacerme adelgazar, haz  que engorden todos mis amigos.

10 comentarios:

  1. Hola Estela, hoy vine sin los peque. No pude evitar que estos grisines me inviten a cocinarlos. ¡¡te odio!! jajajaj

    "Señor, si no puedes hacerme adelgazar, haz que engorden todos mis amigos" jajajaj
    ¡¡muy buen remate!! no puedo parar de reír.

    Si alguna vez decido ponerme el delantal y el gorro de cocinero... este blog será como mi libro de doña Petrona!
    Te mando un beso enorme.

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  2. Jajajaj! Excelente remate, sí. Pero el chiste (si es que lo es) no es mío, es de un anónimo que circula por internet.
    Gracias por la comparación con Doña Petrona. No me la merezco pero la acepto, ajjajja.
    Recordá que todas estas recetas son muy fáciles de hacer. Es el primer nivel que alcanza una cocinera o cocinero después de aprender a hacer un sandwich. Y si yo puedo, es porque todos pueden! ¡Beso grande!

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  3. Supongo que esto de no aprender a cocinar tiene algo que ver con eso de que nunca me interesó, de niña, jugar a la casita. Y no porque no tuviera con qué o con quién, sino que, viviendo en el campo, no vi ningún animalito que lo hiciera, jajaja (ya lo edité) Siempre me pareció antinatural, incluso cuando no sabía que existía esa palabra, jajaj.
    Tampoco aprendí de adolescente y mucho menos de adulta, y ahí ya no puedo editar nada, sólo decir que “el buen comer” nunca me interesó demasiado y he sido incomprendida hasta el día de la fecha. (snif). Seguramente mi deseo de aprender cuando sea más viejita, se deba más que nada a curiosidad acumulada. ¿cocinar? ¿qué es eso?

    Tu blog me resultó muy interesante, y a la vez divertido, porque me atrapaste con el lateral y me quedé leyendo, cuando se acabó quería más y sólo quedaban recetas de cocina… y bueh, jajaja y me encantó y me encanta.

    Este fin de semana haré esos horribles grisines!! jajja ¡¡Lo juro! Besos.

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  4. Si, te entiendo. Igual yo creo que hay mucha gente que dice que no le gusta cocinar y es porque no sabe por dónde empezar o porque no descubrió la alquimia que tiene la cocina. A mí, desde chica, lo que me gustaba era jugar con plastilina, leer, escribir cuentos, hacer experimentos, germinaciones, colgarme al árbol de los nísperos y andar con la gomera agarrada a la cintura. Exceptuando la parte (editada) que tiene que ver con los pleitos callejeros, los demás pasatiempos aún los practico. Sin saber cocinar (y sin estar interesada) un día descubrí que era posible hacer yogurt casero en casa (¡magia!), que echando limón a la leche podía hacer ricota, que mezclando tres o cuatro cosas las podía hacer multiplicar de tamaño en el horno... y desde ese momento, me empezó a gustar la cocina. Seguramente cuando seas viejita tengas que aprender a cocinar algo, sino no te preocupes que ya te va a mandar a hacerlo el médico, jajajaj!
    Espero que por "horribles" no te refieras a mis grisines. Es verdad que salieron poco fotogénicos pero de sabor estaban bárbaros, che! Jjajajja.
    ¡Te mando un beso grande, suerte con tu emprendimiento de este fin de semana y forza Italia!
    Y felicitaciones por el blog que tienen, la verdad es que es genial con todas las letras. Lo que hacen los chicos y los grandes de biblio-peque es admirable.

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  5. Ahora me dieron ganas de comer lentejas!! UFA

    ¿Me crees si te digo que anoche me dispuse a preparar los famélicos grisines y no tenía ni uno solo de los ingredientes ¡¡¿¿cómo no me dijiste que tenía que comprarlos??!!! Jajaj SOY UN VERDADERO DESASTRE.

    Con respecto a eso que contás de la cocina, es tal y como lo imagino, siempre lo pensé cómo un arte, que no lo haga no quiere decir que no lo valore en su verdadera dimensión. Las Letras, La Música, La Pintura, La Cocina, El Cine… todo es Arte, todo es Magia, porque nace de lo más Real que tenemos y es eso que, justamente, no vemos. Lo que Somos se materializa en lo que Hacemos… y la cocina es obra sólo de artistas… yo no puedo ni con las cacerolas, ni los pinceles, menos con las partituras ni la lapicera… y ya me hice lío con las palabras y ya me olvidé lo que quería decirte.

    “Estaban dos señores gordos y uno le dice al otro:
    -yo, antes de acostarme, camino treinta cuadras, y tú?
    -yo tengo la cama ahí nomás.”

    Jajajaja ¡¡estoy perdida!! Soy capaz de aprender a cocinar con tal de reírme con tus remates… ¿nunca te dijeron que sos buena vendedora?

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  6. Bueno, si no te va bien con las cacerolas, con los pinceles, con las partituras ni con las lapiceras, sabé que con el teclado te va muy bien! (¡me refiero a que se nota que te divierte escribir!).
    No soy buena vendedora, te lo aseguro. Para vender o pedir aumento de sueldo soy de las peores. Pero para encontrar chistes por internet, ando bastante, bastante afinada.
    ¡Besos!

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  7. Hola, estamos en la blogoteca votando ¡¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!! ¡qué nervios!!

    Nos dio hambre ¿qué tenés para comer?

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  8. ¡Ahora es la hora de entrarle a los pochoclos! ¡Mucha suerte peques!!! ¡Yo hago fuerza por ustedes!!

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  9. sos genial estela!!! gracias por todas las recetas!!!! y no te olvides de las girgolas... seguro sale algo excelente de ellas. beso grande!!!!

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  10. Gracias, Anónimo/a! En un par de días postearé una receta hecha con hongos portobello! Beso grande y otra vez, gracias por comentar!

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